30 de enero de 2018

CUENTO "YO QUIERO MI GORRO"

“Yo quiero mi gorro”: Una maravillosa historia ilustrada sobre nuestro mayor error al afrontar los problemas de la vida

La historia comienza con un oso que pierde su gorro.

Como es lógico, el oso quiere encontrar su gorro, sin él se siente perdido y desesperado, así que comienza a buscarlo.


Le pregunta a cada uno de los animales que va encontrando por el bosque si lo han visto. 

El zorro y la rana no lo han visto. La tortuga no ha visto el gorro pero acepta la ayuda del oso para subirse a una roca. La serpiente vio una vez un gorro azul y redondo, pero ése no es el gorro que busca nuestro amigo, el suyo es rojo y puntiagudo. El armadillo ni siquiera sabe qué es un gorro. 

Nadie parece haber visto su gorro.

Incluso la liebre, que lo lleva puesto, le dice que no lo ha visto. Lo niega categóricamente: “No, ¿por qué me lo preguntas? No he visto un gorro en ningún lado. Nunca me atrevería a robar un gorro. Deja de hacerme preguntas”, es su respuesta.


El oso, ensimismado en una búsqueda frenética, ni siquiera se da cuenta de que la liebre lleva puesto su gorro.

Así Klassen nos regala la primera enseñanza del libro: cuando estamos demasiado imbuidos en nuestro mundo emocional, es como si tuviéramos anetojeras que nos impiden ver claramente a nuestro alrededor. Dejar que las emociones tomen el mando nos impide pensar con claridad y aprovechar las oportunidades/soluciones que se encuentran justo delante de nuestros ojos. Es una auténtica ceguera emocional. 

La historia continúa. 

En cierto punto, ya deprimido, el oso se echa por tierra y mira hacia el cielo.


Entonces da rienda suelta a su diálogo interior: "Pobre gorro. Lo echo tanto de menos". En ese momento comienza a imaginar lo mal que se sentirá si no encuentra su gorro, se deja vencer por la desesperación y el pensamiento catastrofista, que lo sumen cada vez más en un bucle de negatividad, una situación con lo que todos los adultos e incluso los niños mayorcitos se identificarán.


Al rato aparece el ciervo y le pregunta cómo es su gorro. Cuando el oso empieza a describir el gorro, recuerda dónde lo ha visto, o más bien, sobre quién lo ha visto. Se levanta de un salto y vuelve a recorrer medio bosque, hasta que llega donde está la liebre. 


Entonces, finalmente, recupera su gorro.


A través de esta sencilla historia, Klassen nos ayuda a  reflexionar sobre las trampas emocionales y mentales que muchas veces nos tendemos a nosotros mismos y que nos dificultan encontrar la mejor solución;  envolvemos nuestro mundo de quejas y lamentos que nos dejan más distantes de la solución.
Finalmente las emociones, pueden ser nuestras amigas y no enemigas, como generalmente las vemos.